
Todo empleado aspira a trabajar en un entorno tranquilo, que favorezca la comunicación y el bienestar. Por ello, un confort acústico óptimo es fundamental. Los ruidos molestos, si no se controlan, pueden afectar la salud de los empleados y perjudicar la productividad de la empresa.
Independientemente del sector de actividad, la lucha contra las molestias acústicas es una condición previa para el bienestar en el trabajo. Esto implica identificar los riesgos sonoros, instalar sistemas de aislamiento eficaces y aplicar soluciones que favorezcan la productividad. Estas medidas contribuyen a transformar tanto las oficinas individuales como los espacios compartidos en entornos donde los empleados pueden desenvolverse con tranquilidad y concentrarse plenamente en sus tareas.
Nivel de ruido óptimo a respetar
Según las normativas internacionales, la unidad de medida del sonido es el decibelio (dB). En materia de seguridad laboral, un ruido igual o superior a 80 dB se considera un peligro para la audición. Estas condiciones se encuentran principalmente en la industria y en empresas de construcción o de obras públicas.

En el caso específico del teletrabajo, el ambiente sonoro no debería superar los 50 dB. Para tener una referencia clara, un televisor emite aproximadamente 70 dB, que representa su nivel sonoro medio. Por lo tanto, si trabajas desde casa, tu salón no es el lugar ideal para instalar tu espacio de trabajo.
Principales orígenes de las molestias acústicas
- Ruidos externos: Un buen aislamiento térmico y acústico de las paredes protege frente a ruidos de la calle o del vecindario. Estos tratamientos pueden integrarse durante obras de aislamiento para reducir costes.
- Ruidos internos: Reducir los sonidos provenientes de habitaciones adyacentes o de la familia es esencial, especialmente durante teleconferencias. Precauciones como puertas insonorizadas y la concienciación de los familiares son importantes.
- Ruidos dentro del espacio de trabajo: Los sonidos generados dentro de la oficina, como los ecos en una sala vacía, requieren soluciones como paneles acústicos o alfombras absorbentes.
Soluciones eficaces para el aislamiento acústico de tus instalaciones
Un espacio de trabajo bien aislado debe integrar soluciones adaptadas a techos, paredes y suelos:
- Paredes y techos: Paneles acústicos, bafles y telas tensadas son eficaces para absorber el sonido y reducir su propagación.
- Mamparas acústicas: Disponibles en versiones móviles, acristaladas o completas, permiten delimitar espacios mientras reducen el ruido ambiental.
- Suelos: Una moqueta densa puede reducir los ruidos de pasos o impactos entre 20 y 40 dB, ofreciendo un confort sonoro adicional.

Mejorar el confort acústico insonorizando las superficies
Para mejorar el confort acústico de un espacio de trabajo, un especialista en acústica puede intervenir insonorizando las superficies identificadas como demasiado ruidosas, como el suelo, el techo y las paredes.
Existen varias soluciones posibles: los paneles decorativos, fijados a las paredes, reducen la dispersión del sonido y aportan un toque estético; las mamparas acústicas crean espacios aislados para cada empleado, favoreciendo la calma y la concentración; y las pequeñas divisorias, que actúan como separaciones sutiles, optimizan el aislamiento sonoro de manera discreta.
Estos dispositivos contribuyen al bienestar de los empleados, fortaleciendo su concentración, motivación y, en consecuencia, su productividad.
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Combatir eficazmente las molestias acústicas
Limitar la transmisión de ruidos aéreos
Para reducir las molestias sonoras, es esencial instalar paneles acústicos adecuados en los techos. Estos dispositivos atenúan eficazmente el sonido ambiente, combinando resistencia, estética y rendimiento acústico. Los paneles murales también desempeñan un papel clave al absorber ruidos y limitar la propagación del sonido por las superficies, asegurando una mejor corrección acústica global.
Optimización de la distribución de los espacios
La ubicación estratégica de los puestos de trabajo contribuye a minimizar las molestias. Alejar los puestos de las zonas de paso, como entradas o pasillos, reduce las interrupciones durante la jornada laboral. Además, las salas de reuniones deben estar cuidadosamente aisladas para limitar la transmisión de ruidos internos y externos. Estos espacios permiten realizar reuniones sin molestar a otros empleados, favoreciendo así el confort acústico.
Creación de espacios tranquilos y organización de los equipos
Para garantizar un entorno propicio a la concentración, pueden instalarse cabinas insonorizadas, que eliminan vibraciones y ruidos molestos, ofreciendo un espacio de trabajo optimizado. Asimismo, los equipos que generan más ruido, como comerciales o responsables con conversaciones frecuentes, deben situarse en zonas aisladas. La utilización de mamparas aislantes es una solución práctica para atenuar los sonidos y preservar la tranquilidad.
Uso de materiales y equipos adecuados
Materiales como la espuma acústica o la lana mineral (de roca o vidrio), seleccionados tras un análisis por un especialista, son muy eficaces para reforzar el aislamiento. En ciertos contextos, el uso de cascos anti-ruido permite protegerse de las molestias acústicas y mantener la concentración en las tareas.
Conclusión
Ofrecer un entorno de trabajo tranquilo y optimizado acústicamente no es un simple confort,

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